Protocolo acompañamiento – Introducción
La propuesta de Espacio Social casi siempre es bien recibida. Cuando se plantea la posibilidad de actuar para colaborar con una persona que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, la respuesta en general es positiva. Sin embargo, surgen, en los acompañantes y los acompañados, diferentes prejuicios, inquietudes, interrogantes y dificultades concretas, a saber:
- A) Prejuicios.
De los futuros acompañantes:
Prejuicio 1.
Del acompañante con respecto a la pobreza en general: “Vulnerabilidad = falta de recurso material”.
La mayoría de las veces asociamos vulnerabilidad con carencia material. Pareciera que provisto el recurso estaría solucionado el problema, sin embargo, nuestra experiencia nos indica que si no se trabaja sobre las múltiples causas que determinan esa vulnerabilidad, ésta no se modifica con la sola adquisición del recurso material o económico, hasta puede acentuarse.
La vulnerabilidad tiene que ver con una multiplicidad de variables y condiciones sociales y culturales que son la base de la falta de recursos económicos o de su administración deficiente. El abordaje de estas condiciones impacta positivamente en los recursos materiales.
Prejuicio 2.
Del acompañante consigo mismo: “Pero yo no sé nada de eso”
Se cree que para acompañar hay que contar con un conocimiento específico. En realidad, la propuesta hace especial hincapié en el encuentro y el vínculo, en el conocimiento de la realidad del otro. Ese conocimiento servirá luego para determinar cómo acompañar posibles soluciones que debería encarar el acompañado.
Prejuicio 3.
Del acompañante con la persona en situación de vulnerabilidad: “Es pobre porque quiere”.
En este prejuicio se desconoce la historia del individuo en cuestión En general, esta basado en una comparación con el otro desde un lugar que supone haber dispuesto de posibilidades y oportunidades similares. Supone que la persona que se halla en una situación de mayor vulnerabilidad ha tenido una historia de vida parecida a la del protagonista del prejuicio, del enjuiciador. El prejuicio desconoce la complejidad de variables ambientales, familiares, de vivencias, las representaciones simbólicas y el imaginario construido a lo largo de la vida del posible acompañado. La propuesta de Espacio Social invita a adentrarse, a interiorizarse cada vez mas sobre la vida del acompañado.
Prejuicio 4.
Del acompañante con la persona en situación de vulnerabilidad: “Es pobre porque es vago”
Este prejuicio da cuenta de un profundo desconocimiento acerca de la vida del asalariado de clase baja y de la historia laboral del marginado o excluído. En general, la mayoría de las personas que viven en villas trabajan en condiciones informales con dificultad para acceder a condiciones formales por múltiples motivos: falta de capacitación, trabajo en formato de changa por generaciones, poco capital social, escasos vínculos con personas más allá de su entorno cotidiano, condición agravada por la dificultad para relacionarse que le genera su propia situación de desempleado.
Prejuicios de los acompañados:
A diferencia de lo que ocurre con los acompañantes, cuando la propuesta es escuchada por el posible acompañado, no siempre genera su pronta adhesión por más de una razón:
Prejuicio 1.
“Soy pobre porque no tengo plata”
Prejuicio 2.
Del acompañante con el acompañado: “Qué me va a pedir a cambio”
La propuesta se presenta fuera de la lógica de intercambio monetario en la que por un servicio determinado debe realizarse un pago equivalente. En este caso, hablamos de una propuesta sostenida por un tiempo determinado; no de la cesión de un recurso material sino de la disposición del propio tiempo para el encuentro con otro.
Es una propuesta que puede generar desconfianza: ¿Porqué esta persona se acerca a hacerme este ofrecimiento?, ¿cuánto querrá cobrar por esto?, ¿se querrá aprovechar de mi, de mi familia o de mi condición?, ¿querrá hacer que me ayuda para después participar de los beneficios del proyecto que dice que emprenderíamos?
- B) Inquietudes.
De los futuros acompañantes:
Inquietud 1.
Del acompañante con respecto a la propuesta en general: “Me gustaría hacerlo, pero no tengo tiempo suficiente”.
El proceso de acompañamiento está planteado a largo plazo, por lo menos tres años. Sin embargo, una vez establecida la relación inicial de confianza, el tiempo que ocupa semanal o quincenalmente el acompañamiento es acotado a la reunión pautada por el acompañante y el acompañado.
Inquietud 2.
Del acompañante respecto de los problemas del acompañado: “La gente tiene un montón de problemas que yo no puedo resolver”
La propuesta ubica al acompañante como iniciador, activador y promotor de la relación y al acompañado como CRUCIAL PROTAGONISTA del proceso de cambio. No propone soluciones mágicas o cortoplacistas. El acompañante funciona como un facilitador, motivador del proceso del acompañado. De ninguna manera es el que lleva a cabo acciones que el acompañado pueda realizar por sí mismo. Podría suceder, que en ocasiones amerite, para resolver un determinado problema, que ambos atraviesen juntos la situación a superar, pero esta condición debería ser excepcional.
De los futuros acompañados:
- C) Dificultades.
De los futuros acompañantes:
Dificultad 1.
Del acompañante con su percepción del tiempo y espacio.
La sensación de tener tantos problemas en la vida que no tienen tiempo que no pueden agregarse uno más.
La apuesta de Espacio Social es resignar algo de ese tiempo para nuestros temas para tomar contacto con temas de otros.
De los acompañados:
Dificultad 1.
Del acompañado con su realidad
En muchos casos, las personas que no acceden a un trabajo o changa padecen dificultades agregadas. Un desconocimiento absoluto de los medios adecuados para poder avanzar con un proyecto laboral propio o empleado por un tercero. Como ejemplo, cabe mencionar el desconocimiento en muchos casos de la importancia de una carta de presentación o CV para presentarse ante alguna oportunidad laboral. Aun si existiera ese conocimiento, en muchos casos, al no saber como confeccionarlos, no aparece como posibilidad, en el bagaje de opciones pedirle a un tercero que lo ayude a armarlo.
Aunque parezca exagerada la comparación, la situación planteada se asemeja a la infinidad de veces que nosotros mismos no usamos herramientas que conocemos, aun sabiendo de su probada eficacia, hasta que cedemos ante la insistencia de un tercero en el que confiamos para descubrir, no sin auto reproches, que debiéramos haberla usado mucho tiempo antes.
La posición del acompañante requiere:
– Mirada constructivista: la realidad se construye, diferentes actitudes y creencias promueven y construyen diferentes realidades.
– Convencimiento de la capacidad de aprendizaje de las personas cuando quieren encarar un proceso de cambio.
– Comprensión de su rol como promotor y agente de cambio, desde el momento en el que decide acompañar a una persona de su localidad que se encuentra en situación de mayor vulnerabilidad.
– Deseo de establecer un vínculo con otra persona, conciente del enriquecimiento personal que le generará el encuentro.
– Flexibilidad y apertura mental o de criterios: la posición del acompañante contempla y cree que la realidad puede ser percibida desde diferentes puntos de vista, algunos mas abarcadores que otros.
– Saberse motorizador, mediador, articulador, promotor: implica ser conciente de que, en los primeros tiempos del acompañamiento, será fundamental jugar un rol activo para
– Convencimiento de la horizontalidad: su conocimiento no es superior. Su condición no lo hace mejor que su par. Es una relación entre pares. El acompañante no sabe cómo hacer para que el acompañado mejore su situación. Si considera que sabe, ya no esta dando lugar a que emerga el deseo del acompañado y su devenir de acuerdo a las vivencias que surjan en el recorrido del proceso de acompañamiento.
El acompañante puede conocer a un acompañado de distintas formas:
- Puede ser alguien que ya conoce de su comunidad
- Puede acercarse a alguna institución
- Puede ponerse en contacto con acompañados potenciales a través de Espacio Social
Cuando nos encontramos por primera vez con el futuro acompañado le podemos presentar la propuesta de Espacio Social de la siguiente manera:
“Trabajamos en una propuesta que llamamos Espacio Social, en la que planteamos juntarnos con gente del barrio.
La idea es encontrarnos periódicamente y reunirnos durante un tiempo e ir pensando juntos qué es posible hacer para que mejore tu situación actual.
La idea es ver qué sabes hacer o qué querés y, con nuestro acompañamiento, ver de qué manera podés llegar a cumplir esa meta.
Iríamos reuniéndonos para ver qué se nos ocurre y que puedas crecer en lo que hagas e ir solucionando situaciones adversas.
La idea es que veamos juntos de qué manera solucionamos los problemas que se te van presentando en el proceso que iniciemos”.
Luego de esta primera presentación, en el proceso de construcción del vínculo de confianza vamos conociéndonos mutuamente. No nos posicionamos como tutores o “profesionales” que detentamos un saber para el que nos hemos preparado y que contiene una metodología particular. Estamos convencidos de nuestra condición de iguales que se acercan y transitan un recorrido juntos.
Así, si el proceso avanza orgánicamente compartiremos con el otro:
MÓDULOS CON OBJETIVOS POR CUMPLIR
– DESEO: Gustos e inquietudes, historia de vida, miedos, proyectos.
– CAPACIDADES: Herramientas, fortalezas, motivaciones, necesidades.
– FACTIBILIDAD: expectativas de ambos acerca del proceso, limitaciones del contexto.
El conocimiento con el acompañado requiere de un primer tiempo de instalación de una relación de confianza necesaria para continuar con el proceso que abordarán juntos. Esta confianza requiere tiempo y la permanente apuesta del acompañante. Es necesario considerar que, en un principio, la propuesta de acompañamiento nace de la iniciativa del acompañante de acercarse a una persona en situación de mayor vulnerabilidad. En realidad, no hay en rigor un pedido concreto y explícito del posible acompañado. Pero la situación desfavorable que mucha gente atraviesa y la diferencia con aquella a la que podría acceder si encarara un proceso de cambio, se convierte desde nuestra lectura en un pedido a gritos de participación e involucramiento en la vida de aquellos que están sufriendo, pudiendo mejorar sustancialmente su situación.
Así, consideramos que la mayor generación de confianza se produce a partir de una serie de condiciones:
– La constancia de las visitas y en la organizacion de reuniones de encuentro aunque el acompañado al principio las evite, suspenda o nos deje plantados. Sostener la apuesta a lo largo del tiempo genera una confianza incondicional por parte del acompañado.
– En segundo lugar, otra condición generadora de confianza es sostener la coherencia entre nuestro discurso y nuestras acciones. Si decimos algo, nuestra conducta debe responder a lo dicho. Si no, nos convertimos en charlatanes. Es necesario considerar y tener en cuenta que nuestra presencia nueva en la vida de una persona despierta una expectativa a la que hay que responder con realismo y sin prometer nada imposible pero, definitivamente, implica que podamos dar cuenta de lo propuesto.
Es por esto que nuestra propuesta debe ser clara. Es acompañar el proceso del acompañado, no solucionarle la vida, conseguirle trabajo, prestarle dinero o salvarle la vida. Nada de eso. Es acompañarlo en un periodo de su vida para que juntos veamos si podemos mejorar algunos aspectos de nuestro devenir.
– La tercera condición de construcción de confianza consiste es no pedir nada a cambio. Pensamos que el hecho de poder vivir esta experiencia ya es enriquecedor para nuestra vida. Nuestras limitaciones, nuestro conocimiento comienzan a modificarse; enriquecemos nuestro mundo, lo expandimos, comprendemos mejor nuestra realidad, resignificamos nuestra vida y miramos las cosas desde nuevas perspectivas.
– Meta mínima y meta intermedia y/o final.
– Objetivos a mediano largo plazo
– Evaluación de metas. Si se alcanzó la meta deseada, si no. Replanteo de objetivos en caso de ser necesario.
– Repetición
El ingreso de un actor social thnjcon un conocimiento introyectado de sus derechos y obligaciones, con determinado acceso a la información, con una práctica diferente en la resolución de problemas menores y mayores, con ejercicio en la dinámica de proposición de alternativas, es unes un capital social y cultural valioso para una persona en condición de vulnerabilidad o carencia.
Este ingreso, si el acompañante logra sostener el vínculo en el tiempo, permitirá al acompañado encontrarse con las siguientes oportunidades:
– Un referente de consulta para cualquier problema menor o mayor.
– Otro punto de vista subjetivo pero, se supone, interesado en el bienestar del acompañado.
– Una lógica diferente de pensamiento que le permita al acompañado pensar su realidad de manera alternativa y diferente.
– Un motivador para apoyarse en momentos de dificultad y a lo largo de todo el proceso de acompañamiento.
– Un tercero que aparece en escena, que puede funcionar como acotador de situaciones de irregularidad o de violencia doméstica sin siquiera proponerse ese tópico como objetivo. La sola presencia de un actor externo al núcleo familiar, bien recibido por un integrante de la familia que padece situaciones de violencia, genera la disminución de las situaciones de abuso intrafamiliares.
– El conocimiento básico en cuestiones de salud, higiene, administración de recursos y ahorro, es un bagaje cultural y educacional valioso que se va transmitiendo a través de los encuentros y que propone muchas veces soluciones sencillas a problemas que al acompañado le resultan o los vive como demasiado complejos.
Es fundamental que los acompañantes reflexionen acerca del desaliento, esas condiciones inaceptables de vida.
El acompañante posiblemente se encuentre con las siguientes sensaciones o impresiones, en la medida que avance su proceso de acompañamiento:
– LO INCONMENSURABLE, LO IMPOSIBLE:
La sensación de que no hay avance, de que el problema es tan grande que no podremos abarcarlo. Cuidemonos de ese sentimiento. Nosotros no somos los salvadores de nadie. La situación viene desde antes que nosotros, nos antecede y nos va a preceder. La diferencia es la respuesta que podamos dar ahora, en este momento. Y si esa respuesta es valida, entonces lo que proceda será diferente a lo que hubiera sido sin nuestro acercamiento.
– COMPLETAR
– LA SENSACION DE INSIGNIFICANCIA:
Hay días en los que es posible que sintamos que nuestro aporte es mínimo, casi insignificante. Como se dice una gota en el océano. Ese día estamos seguramente realizando una mirada de corte, fotográfica, de momento, sin evaluación de proceso. El solo hecho del nuevo vinculo es una ganancia.
“En el fondo vos los querés cambiar, tu ayuda no es desinteresada”, planteaba un interlocutor.
Ciertamente, nuestra propuesta no es desinteresada. Nos interesa establecer un vínculo con la persona, conscientes de que a través del mismo, se irá produciendo una transformación en ambas partes que consideramos resultará productiva y enriquecedora.
El acompañamiento es valioso para ambas personas involucradas en el proceso. Es necesario darnos el tiempo necesario para corroborar que esta iniciativa ampliara la visión de la realidad que vivimos diariamente, interrogara prejuicios y desmantelara juicios instalados. En definitiva enriquecerá nuestro conocimiento sobre nuestro semejante y nuestra comunidad.
Modificara la perspectiva con la que nos acercamos a nuestro entorno y cambiara la manera de relacionarnos con el.
